Si algo tenía claro al principio en esta etapa del blog era que no iba a abrir los comentarios. Otro caso más de contradicción. Pero vaya, después de haberle dado muchas vueltas, en las que siempre llegaba a la misma conclusión.
Es un follón que lo único que hace es servir al spam y complicarlo todo. Casi nadie de verdad comenta en los blogs, para eso ya están las redes sociales. Pero de algún modo también estás cerrando la opción, por pequeña que sea.
Así que los abro y a ver qué pasa.
Pues mucho que me alegro, oiga. Prometo no dar la lata mucho. O nada. Y salud.
Al contrario, comente todo lo que quiera. Que el primer comentario sea de una persona en lugar de un robot y encima de la vieja guardia, es todo un honor.