Esta es la realidad para mucha gente, sobre todo adolescentes y veinteañeros, pero que se propaga también para otras edades. Antes de hacer una llamada hay es de obligado cumplimiento social avisar a través de Whatsapp.
Y si, está bien que las conversaciones asíncronas son las más eficientes para la organización de los interlocutores, pero de ahí a no llamar aunque se esté en una situación de urgencia va un trecho.
Es como si se haya tomado al pié de la letra el sketch de Llimoo con Ignatius: