En lo que tiene que ver con la productividad, la generación de espacios de concentración en los que poner el foco donde avanzar y ser eficiente en la consecución de objetivos se ha hablado mucho.
Pero se ignora cómo ciertas personas mantienen un perfil de disparate, en el que están constantemente cayendo en barrena, funcionando por pulsiones, dejando las decisiones hasta el último momento, para así afrontarlas en modo desesperación.
Se da en todos los ámbitos, pero se mantiene sin corrección en el tiempo sobre todo en los perfiles de toma de decisiones y en los puestos de mando. El porcentaje de perfiles de este tipo aumenta en función del nivel de su puesto.
Provocando que todo su entorno, sobre todo el que recibe sus directrices acaben teniendo que salvarle la papeleta, dando tremendos rodeos para que la cosa medianamente funcione, salvando los proyectos de la locura, e incluso haciendo meritorias sus participaciones, a pesar de todo.
Estas personas caen en barrena en el resto de facetas de su vida, pero es en el ámbito profesional donde pueden llegar a tener una apariencia de normalidad e incluso de éxito, gracias al equipo que lo sostiene. Lo que no hace más que pervertir la situación.