Para poder tener el foco en determinadas actividades de forma eficiente primero es necesario colocar todo en su sitio. Porque de lo contrario no se podrá avanzar, al menos de la mejor manera.
Sobre todo al inicio de proyectos. La razón de que los arranques sean más lentos tiene mucho que ver con esta necesidad de preparación y despeje de otras cuestiones. Una vez se consigue ya se puede acometer la focalización.
Y con ella los avances, que en términos temporales, son mucho mayores de lo que se podría imaginar. Esto es algo que se puede comparar con el efecto bola de nieve, que en sus inicios es muy lento, pero que tienen una aceleración exponencial.