Cuando los bulos con clickbait funcionan

Una de las dificultades en la generación de contenidos es encontrar el filón adecuado para que se consiga el objetivo de impresiones o visualizaciones necesario para la viabilidad publicitaria del medio como soporte digital.

Esto se traduce en la creación de mucho contenido, tocando todas la teclas hasta dar con las más llamativas para el target al que vas dirigido. Y hay un hecho incontestable, cuando hablar sobre A genera 10 o 100 veces más que sobre B, las discusiones se terminan.

El clickbait es una herramienta cuyo nivel de casposidad solo es igualado por el de su eficiencia. Mientras la gente siga reaccionando de la forma que lo hace actualmente, seguirá existiendo.

Es más, no solo se mantiene, sino que evoluciona. Ahora mismo se está llegando al bulo a través del clickbait. Y esto es algo nuevo, los bulos normalmente partían de la ignorancia, el desconocimiento o el troleo. Pero ahora aparece como forma de dar cuerpo a los titulares forzados.

Uno de los sectores en los que ha hecho nido el bulo a través del clickbait es en el médico. Aprovechando la gestión de la ansiedad a la que se enfrenta el usuario, al buscar información sobre alguna afección o enfermedad, se colocan remedios caseros o disparates varios bien posicionados y con una gran visibilidad.

Descubriendo soluciones estrambóticas como ‘el limón que cura el cáncer‘ o el clásico disparate de ‘las vacunas producen autismo‘, y así un largo etcétera. Gran labor la de sitios como Salud sin Bulos.

El problema está cuando ciertos medios se hacen eco del bulo primero y de desmentirlo después, en un ejercicio circular de conseguir visibilidad por medio del bulo y el antibulo. Esto aunque parezca una contradicción ocurre con bastante frecuencia y de forma orientada, y la razón es que funciona. Otra cosa es la ética del medio a la hora de jugar con estas técnicas en un ámbito sensible como el de la salud.

Por último está el tipo de usuario que está dispuesto a creerse cualquier disparate, solo por el hecho de que está impreso en pantalla, y sobre eso, por mucho que se explique, poco se puede hacer.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *