El cambio de rutinas que cuesta asumir

Tanto la desconexión digital en periodos de vacaciones como la vuelta a la rutina y esa reconexión suponen un esfuerzo, que no está tan motivado por una u otra dinámica, sino por el cambio de rutinas en sí mismo.

Parece que nos cuesta cambiar de chip, sobre todo cuando las inercias son prolongadas en el tiempo. Por lo que en periodos de vacaciones, en realidad el esfuerzo se duplica, a la hora de poner el freno y de acelerar de nuevo.

Algo que ayuda mucho en cada uno de los procesos es la progresividad. No hacerse planteamientos rígidos, que no hacen más que crear disfunciones por imposición. Como si se tuviera que cumplir un calendario en el que viene marcado cuando hay que estar descansado y enchufado otra vez.

Algo que es tan estúpido como irreal.

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