Como en todo, las redes sociales empiezan a flaquear. Algo totalmente normal que no tiene tanto que ver con las preferencias de una sobre otra, sino más bien a cierto punto de madurez de la sociedad.
Tras los inicios y el despegue posterior, llegó un momento en el que estaba todo el mundo en las redes sociales, cuando claramente no todos tenían en su naturaleza el uso de estas herramientas.
Ahora algunas redes empiezan a perder usuarios y otras reducir crecimiento. Algo que es totalmente normal. Cualquier proceso de concentración de usuarios tiende irremediablemente a la fragmentación ¡Qué so le pregunten a la televisión!
Así pues entramos en una nueva dinámica, de redes sociales estables pero con menor alcance del que había antes. Algo que, como ha pasado en otros entornos, hará más exigente y complicado llegar a determinadas audiencias.
Pero que desde el lado de las personas se entiende como un signo de madurez y mayor concienciación con la exposición, yendo a entornos más cerrados y acotados en los que se gestione de forma más controlada la privacidad.