Si bien es cierto que los administradores de anuncios son muy potentes, también lo es que están infrautilizados. El reclamo más sencillo y socorrido para muchos gestores en redes, que se acercan a la publicidad, es el de la promoción del contenido orgánico.
Dejando de lado que solo es una de las modalidades disponibles, y que el botón para promocionar contenidos lleva a una versión reducida de sus capacidades, está claro que mueven una inversión publicitaria enorme y a la vez que confusa.
También se realizan campañas de promoción de contenidos tras estos gestores, por supuesto. Pero tanto si se lleva a cabo a través de la versión simple o la completa el desafío es el mismo, el equilibrio a la hora de crear el contenido.
En la medida de lo posible, se deben decidir previamente qué contenidos van a desplegar el doble rol: orgánico y promocionado. Lo ideal es que se identifiquen antes incluso de su diseño. Así será más eficiente en sus dos vertientes.
Teniendo en cuenta que su rol orgánico es el minoritario y que en el patrocinado nos encontramos con unas reglas que hacen más estricta su aprobación, es recomendable moverse dentro de los márgenes de ambos ámbitos, para evitar problemas en la fase final.
Este equilibrio tiene una vertiente interesante, aunque puede entrar en contradicción con la anterior recomendación de planificación, que se sustenta en identificar qué contenidos son más propicios en función de su recorrido orgánico.
Observándolo podemos llegar a potenciar publicitariamente lo que tenga mejor recorrido, algo validado por las estadísticas orgánicas, y conseguir así una mayor repercusión con los contenidos ya cribados.