Un tema recurrente por aquí es el de la gestión de las expectativas, sobre todo cuando desembocan en ansias. Todo necesita de sus propios tiempos y es frecuente que antes de meterse en potenciaciones publicitarias sea necesario dejar correr las cosas en orgánico.
Empujar antes de tiempo no garantiza necesariamente que la cosa vaya a ir mejor, es más puede perjudicar el momento álgido necesario, tanto disminuyendo su potencia como sobreexponiendo las piezas publicitarias para la audiencia.
Marcar los tiempos es algo muy importante. Pero más todavía lo es saber leerlos. Si contamos con un escenario en el que el recorrido orgánico puede llegar a tener un buen alcance, debemos darle su margen de espacio para que lo camine.
Así podremos reducir costes y ser más eficiente cuando haga falta. Pero claro, para responder a esa cuestión debemos estar leyendo las estadísticas de forma continuada, hasta el dato de las conversiones.
Siempre con el pensamiento de que hay que cambiar a publicitario cuando sea necesario. Las mayores inversiones no tienen que ir normalmente a los productos y servicios más populares, sino justo a lo contrario, a los que más problemas tienen para salir adelante.
Dejando el espacio necesario incluso podemos descubrir el grado de popularidad alto o bajo de cada uno de los productos o servicios. Ya que este plano orgánico nos habla, sobre todo en términos de viralidad, de lo más exitoso.