En la mayoría de los servicios digitales de mensajería conversacional hay un indicador de que el otro usuario está tipeando. Algo que ayuda a que la conversación sea más fluida. Pero que, como pasa con otras características, puede tener otro tipo de implicaciones.
En Whatsapp, el primer servicio de mensajería del mundo, la indicación aparece en la línea destinada para el estado, pasando de ‘En línea’ a ‘Escribiendo…’ cuando lo esté haciendo.
Esta indicación no aporta ninguna información más cuando el interlocutor escribe de forma continuada hasta que responde. Pero cuando la escritura no es continuada el indicador muestra las pausas, propiciando que el receptor pueda percibirlas e interpretarlas.
Y es en esta dinámica, la de la interpretación de los tiempos de escritura y las pausas, donde más información no explícita se transmite. Es algo así como el lenguaje gestual donde no hay gestos.
Por poner un ejemplo clásico. Cuando un interlocutor tarda 3 minutos en responder, con tramos en los que ha estado escribiendo y además ha realizado varias pausas para acabar contestando con algún monosílabo como ‘Ok‘.
De alguna manera se puede interpretar que la respuesta es la punta del iceberg de lo que inicialmente estaba escribiendo y pensando. Lo que da pie a las interpretaciones, normalmente equivocadas, de estas interacciones que en realidad son fluctuaciones de estado.
Está claro que no son interacciones. Es evidente que no se pueden interpretar con acierto. Pero irremediablemente se acaban percibiendo como interacciones claras e inequívocas. Y esto, puede acabar generando bastantes problemas.
Las explicaciones pueden ser muchas. Desde que el interlocutor ha recibido una llamada, o cualquier otro tipo de interrupción, a que esté buscando información, que tenga cualquier problema técnico, o claro está, que esté eligiendo con cuidado sus palabras.
No hay que olvidar que este tipo de servicios de mensajería, son una solución efectiva para conversaciones asíncronas en determinadas circunstancias. Pero que al fin y al cabo son versiones empobrecidas de las conversaciones reales, y como tales tienen sus complicaciones.
Los problemas generados por las interpretaciones erróneas o no, en la fluctuación de los estados durante una conversación, ha llevado a muchas personas a buscar la manera de que no se muestre este estado.
Recientemente, en muchos diarios digitales, se han publicado noticias sobre cómo ocultar el tipeo en Whatsapp. Las soluciones son simples, como pasar a modo avión mientras se responde, y salir de él al terminar. O copiar en una app tipo bloc de notas la respuesta, para luego copiar y pegar. O usar alguna app, como FlyChat para gestionar las conversaciones de los distintos servicios de mensajerías de forma unificada.
Como siempre, quien busque una solución, intentará hacerse con la más sencilla, y la app puede acabar siéndola, pero no hay que olvidar que al tratarse de un servicio gratuito también se estará abriendo otra puerta a la invasión de la privacidad.