Como no puede ser de otra manera, durante estos días tenemos tremendo monotema. El miedo y la ansiedad se calman hablando en círculos concéntricos sobre el asunto. Que todavía es más grande porque consigue desbaratar los lugares comunes: el tiempo, el fútbol y la política quedan sepultados.
Para quienes estén inmersos en algún tipo de polémica ajena al tema, no encontrarán mejor periodo que las dos próximas semanas para salir a la luz. Podrían aparecer y desaparecer sin que nadie se enterara.
También es verdad que cualquier detalle, por pequeño que sea, si tiene que ver con la cuestión será amplificado al máximo, tanto en sentido positivo como negativo. No hay que olvidar que la maquinaria informativa tiene que seguir funcionando.
Hoy me encontré con un amigo por la calle, a la distancia charlamos un poco y cuando nos despedimos me di cuenta de que no habló sobre el susodicho. Seguramente estaba infectado.