Esta semana ha saltado la noticia, sin confirmación oficial, de que Instagram recaudó una cuarta parte del total de ingresos de Facebook. Y, esto en realidad ahora mismo es un problema.
La noticia salió en un contexto de competencia con Youtube. Justo después de que Alphabet anunciara que la plataforma de vídeos había recaudado 15 mil millones en 2019.
Así que los medios confrontaron datos sin tener en cuenta naturaleza y modelo. De modo que según cuentan, Instagram había recaudado 20 mil millones en el mismo 2019.
Está claro que la comparación es estéril y sin sentido. No tienen nada que ver. Además, el modelo de la primera permite monetizar a los creadores, con lo cual la diferencia entre plataformas en realidad sería mucho mayor. Al poco -días- Instagram anunció que comenzarán a permitir monetizar a través de la fracasada IGTV, en fin.
Pero al margen de la confrontación, lo realmente preocupante es que este crecimiento en inversión publicitaria no hace más que aumentar el problema de la propia red. Que como soporte publicitario, es el que peores medias estadísticas ofrece a los anunciantes.
Cuando más crezca la inversión, que sigue la estela de los usuarios en esta red, peor rendimiento tendrán las campañas. Y ante esto no parece que hayan soluciones a la vista, salvo para casos muy concretos.