El rechazo inicial a la Inteligencia Artificial

El rechazo inicial a la Inteligencia Artificial

Una de las reacciones más frecuentes que experimentan las personas cuando empiezan a conocer las capacidades de la inteligencia artificial es el rechazo. Claro, es algo que se encuentra dentro de lo normal. Sentirse amenazado porque esto podría acabar con muchos trabajos, algo que de hecho ya está empezando a ocurrir en algunos sectores.

Si bien es cierto que los clichés relacionados con las dinámicas de transformación, no paran de decir que en cada cambio de modelo se perdieron empleos a la vez que se crearon otros, en realidad nadie sabe a dónde nos dirigimos y el impacto final que tendrá esto.

Y uno de los factores que lo hace imprevisible es la tremenda aceleración que estamos experimentando. Insisto, es normal que se sienta que el suelo desaparece bajo nuestros pies.

Pero hay un tipo específico de rechazo que me llama mucho la atención. El que se sustenta en la falta de capacidades reales que tienen las soluciones de IA. Me llama la atención, porque es justo su punto fuerte. La potencia, capacidad, fuerza y curva de crecimiento es lo que la hace parecer inteligente. Si vas a rechazar algo, critica la inteligencia, que está ausente o más bien simulada, pero no critiques que lo que hace no es perfecto al 100%.

Hay un perfil de persona que la única forma que tiene de no sentirse amenazada es denigrando estas herramientas. Pero sin saber de forma clara cómo resultará esta transición, una cosa es clara, el rechazo no es el camino. Cerrar los ojos y esconder la cabeza como un avestruz rara vez es una buena estrategia.

Conocer el entorno, aprovechar sus capacidades y entender que esto está siendo transformador ya, no mañana, quizás permita tener más margen de maniobra en esta incertidumbre.

Este post ha sido escrito por un humano. La imagen que lo acompaña está generada por IA.

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