El seguimiento publicitario que no se hace

Uno de los elementos diferenciadores más grandes que tiene la publicidad digital es la inversión de esfuerzo en el seguimiento de las mismas. Algo que o se asume como una tarea orgánica o directamente no se hace.

El tema va de recursos humanos destinados a una tarea, que aún llevándose a cabo, puede acabar perjudicando tanto si se realiza como si no. Una sobre excitación en la lectura de los seguimientos podría llevar a tomar decisiones precipitadas.

Así que tan malo puede ser lanzar y olvidarse, como arrancar y estar mirando resultados cada dos horas. Que si, que se puede seguir muy de cerca, pero ante cualquier interpretación siempre es mejor dejar cierto espacio temporal.

De esta manera podremos comprobar que las tendencias se consolidan o se deben a factores coyunturales, que los hay y de muchas variantes. Dejando ese espacio, se pueden sacar conclusiones más precisas que nos ayuden a cambiar el rumbo.

Y siempre hay que reorientar y volver a hacerlo. Porque la capacidad adivinatoria no es muy frecuente. Precisamente por esto, lo que es un auténtico disparate es no seguir, no mirar en vivo cómo se están desarrollando las cosas. Una práctica tan común como desaconsejable.

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