El uso avanzado y ligero de los sistemas de información

Los actuales dispositivos móviles y ordenadores permiten un escenario de uso de los sistemas de información, cuanto menos llamativo. Quizás propicio para situaciones de falta de seguridad y privacidad. Aunque esto sea en teoría responsabilidad de los usuarios.

La cuestión es que se cruzan distintos elementos que pueden ayudar a este entorno inseguro, en el que los usuarios acceden a dispositivos complejos, que pueden manejar de forma ligera por el grado de intuitividad de sus sistemas de información, sin tener un conocimiento mínimo de lo que está pasando.

Básicamente, lo que pasa es que al combinarse estos tres elementos, tenemos a usuarios con conocimientos muy bajos, utilizando dispositivos muy potentes y fáciles de usar, con conexiones rapidísimas.

Respecto de los conocimientos se produce una paradoja, en la que actualmente, como ya no se promueve la formación básica en informática o uso de dispositivos, los usuarios empiezan a utilizarlos sin una imagen global del mundo en el que se mueven y que está muy centrada en el área que les interesa o usan.

Con un gran desconocimiento del resto de cuestiones. Los usuarios básicos de hace 15 años tenían acceso a formaciones básicas que le daban la perspectiva suficiente como para poder situarse y entender dónde se encontraban, ahora esto cada vez ocurre menos.

Los dispositivos actuales son mucho más potentes, capaces y mejores en todas sus capas. La conectividad es brutal si la comparamos con la que teníamos antes. Este nivel de funcionalidades lleva aparejado su correspondiente complejidad, sobre todo a la hora de entender qué es lo que hacen o pueden llegar a hacer estos dispositivos.

Justo para minimizar este nivel de complejidad, se han hecho tremendos avances para que los mismos sean intuitivos para los usuarios. Permitiendo que esa complejidad real no lo parezca y que los usuarios puedan manejar ciertas áreas de los dispositivos. Aunque ignoren lo que está pasando en realidad por debajo.

Nuestra vida cada vez es más digital, el progreso es notable y potenciadores como el confinamiento disparan su avance, que es inexorable. Pero, en muchos casos, estamos confiando nuestra realidad, datos y vida digital, a dispositivos y sistemas de información de los que no sabemos ni lo más esencial. Y esto es un problema.

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