Ahora es TikTok, pero antes era siempre otra cosa. Algunos padres buscan espacios de tranquilidad en el refugio que les da el uso intensivo de ciertos entornos por parte de sus hijos.
Mientras están en TikTok ahora, antes podía ser un juego, o directamente la televisión, se quedan tranquilos y no lo molestan. Es el mantra que no se verbaliza pero que está ahí.
También es muy frecuente escuchar, esta vez en voz alta, a los mismos padres hablar de dosificar su uso, que los chiquillos -de otros- están enganchados y que los padres -los demás- no saben controlar el tema. Es un pack all in one.
Todo lo que se diga respecto de los peligros de la adicción a estas pantallas caerá en un puro cliché. Pero, como en todo, lo importante es saber detectar lo evidente, intentando evitar situaciones que sean disparatadas.
Por poner un ejemplo claro, si el crío llora cuando le quitas el móvil o quiere volver antes a cada para volver a conectarse, malo.