No recuerdo ni una sola ocasión en los últimos 5 años en los que haya ido al cine sin que alguien haya abierto el móvil para chequear el WhatsApp.
Solo hubo una oportunidad hace poco, pero ya casi al final fui yo mismo el que mantuvo la estadística.
Así que habrá que entenderlo como lo que de hecho ya es. Un clásico de las salas de cine, como las cotufas o las parejas hablando.
Vaya cruz.