En cualquier sistema de información se deben tratar los datos que suministra de forma inteligente. Esto implica que la organización de esta información no necesariamente debe tener un patrón lógico y ordenado.
Por poner un ejemplo concreto, a través de las páginas web de muchos ayuntamientos de las islas Canarias se obtiene el certificado de viaje. Algo que se usa mucho dado que supone un descuento en los viajes aéreos y marítimos.
Es muy probable que esté diciendo un disparate, pero viendo el resto de trámites que se pueden gestionar a través de sus sedes electrónicas, imagino que las estadísticas de uso del generador de certificados de viaje, frente al resto debe ser enorme.
En mi cabeza el 50% de las gestiones son estos certificados tan demandados y el otro 50% el resto. En cualquier caso esto es un ejemplo, que se puede aplicar a cualquier otro ámbito.
En estos sistemas de información, cuando se accede a los distintos trámites, acabas encontrando un listado alfabético o temático, de las distintas posibilidades. Entre ellas está esta opción. Y si bien esta forma tiene toda la lógica, no está atendiendo a la importancia del proceso en sí.
Si es algo tan demandado, al acceder a los trámites solo deberían haber dos opciones: certificados de viaje y el resto. Y esto se puede aplicar a cualquier otro sistema de información. La organización de la información debe ser lógica, pero teniendo en cuenta los elementos que más necesitan los usuarios que acceden al sistema.
Por poner otro ejemplo diferente, un sitio web cuyo objetivo principal es conseguir el contacto telefónico o el acceso físico, debe remarcar esto de forma destacada y persistente en toda la web. En definitiva, dando importancia a lo que es importante para los usuarios.