Un portavoz de Facebook ha enviado un comunicado a Business Insider donde anuncia que están prohibiendo los anuncios que garantizan la cura o prevención del virus, así como los que generan sensación de urgencia, con mensajes que implican un suministro limitado:
We recently implemented a policy to prohibit ads that refer to the coronavirus and create a sense of urgency, like implying a limited supply, or guaranteeing a cure or prevention. We also have policies for surfaces like Marketplace that prohibit similar behavior.
Facebook is banning ads that promise to cure the coronavirus | Business Insider
Esta decisión, que por un lado persigue frenar la potenciación publicitaria de bulos, busca también poner límites a la especulación publicitaria con temas sensibles, como en este caso. Evitando la propagación del miedo asociado a la desinformación.
Desde otro punto de vista, los anunciantes que pretender estafar con curas milagrosas o los que están aprovechando este momento para mejorar sus ventas con productos como mascarillas, merecen toda la reprobación. Está feo.
Llegados a este punto, se entiende la decisión de Facebook. Pero otra vez está siendo parte y juez, en un ejercicio de contradicción publicitaria. Parte en tanto que, como plataforma publicitaria se beneficia o perjudica de los ingresos generados o no, por estos anuncios, y juez porque interviene en el entorno de motu proprio.
Y la razón para adelantarse a tomar esta decisión, es para evitar que se cree otra crisis de críticas relacionada con un tema que, de hacerlo tarde, puede ser muy complicado de manejar.
No digo que no deba intervenir. Ni siquiera que deba esperar a que las autoridades correspondientes dicten normas para impedir estas prácticas publicitarias, para entonces ya sería tarde y quien pagaría los platos rotos sería la red social. De hecho no pongo ningún pero.
Quizás la velocidad de los acontecimientos no solo deba obligar a anunciantes y plataformas a tomar rápidas decisiones, las autoridades competentes deberían asumir ese rol de juez, que es lo que les toca. Y deberían hacerlo de forma clara y a la misma velocidad que requieran este y futuros acontecimientos sobrevenidos.