Crear un sitio web multidioma requiere de una serie de implementaciones técnicas mínimas para que los destinatarios de la misma puedan operar con fluidez. Tanto para usuarios como buscadores, los contenidos deben ser duplicados y coherentes.
Respecto de la duplicidad de contenidos, es quizás donde más se cojea. Cuando se plantea crear el sitio web en varios idiomas, es bastante frecuente que el segundo o los no principales acaben en un estadio mucho más reducido de contenidos, con la contradicción que eso puede llegar a suponer.
Y la navegación debe ser coherente, de modo que si un usuario quiere saltar de una versión idiomática a la otra, lo pueda hacer respecto de los mismos contenidos en los que se encuentra. Esto de ir a la principal del otro idioma como forma fija del cambio está feo.
Pero al margen de los requerimientos técnicos y la gestión de los contenidos, hay algo que es tan importante como necesario: la adaptación cultural. Por poner una secuencia por fases de complejidad, nos encontraríamos con el idioma, el alfabeto y la cultura.
Lo del alfabeto es muy obvio, para también muy definitorio. Si nos vamos al griego, ruso o chino, debemos tener nociones sobre qué soluciones tienen sus sitios web. Ya en un escalón más avanzado, nos encontramos con la orientación RTL (right to left), como el árabe o el hebreo, donde afecta también a la disposición del diseño.
En lo relacionado con la adaptación cultural, es importante tener en cuenta la perspectiva que tienen los usuarios de ese país, sobre este o el otro tema. Entender esto no es fácil y siempre es mejor prescindir de intermediarios. La ventaja para acertar está en la lectura de contenidos creados por usuarios, para esto es muy útil las redes sociales y Youtube.