Los bulos llevan años corriendo a sus anchas por redes sociales y servicios de mensajería. Mucho se ha escrito sobre esto. Pero al margen de las personas que son más propensas en caer y propagar, se nota un cambio importante de concienciación social respecto a los mismos.
Parece que la mayoría de los usuarios están teniendo una reacción precavida e incluso escéptica respecto de determinadas informaciones, sobre todo las que resultan más llamativas.
Y lo que es más importante, además buscan a las fuentes oficiales o autorizadas para que confirmen o desmientan esos posibles bulos. De hecho muchas creadores de contenido real o falso, empiezan haciendo la salvedad ‘Esto no es un bulo, resulta que…’
Esto es algo que antes no se veía. Parecía que nunca se progresaría, pero casi de forma consecutiva y en poco espacio de tiempo se han dado los dos pasos: la precaución y la verificación. Y claro, para quienes pensábamos que esto era imposible, resulta estupendo comprobar que se estaba equivocado.