Es bastante frecuente encontrar una desconexión entre las campañas de publicidad digital y la interpretación de los momentos del negocio y el mercado. Aún persiguiendo los mismos objetivos, las conversiones.
De alguna manera se entiende que las decisiones de marketing relacionadas con la atracción tienen su propio universo, y el conocimiento del negocio el suyo. Y ambos están desconectados.
Cuando es evidente que resulta fundamental que se comuniquen entre sí. Quienes conocen el producto, tienen muchísima información sobre el mismo, así como el mercado y sus tiempos. Este conocimiento trasladado sin pautar es oro en las camapañas.
Es importante que no esté pautado, porque la tentación de dirigir las campañas puede acabar siendo grande. Obviando que ese no es ni su rol ni su área, cada uno debe encargarse de lo suyo, entendiendo lo que se está haciendo, pero sin injerencias que condicionen las acciones publicitarias.
El diseño de la campaña al que se le ayuda con este conocimiento, sobre todo en lo relativo a repercusión real y no solo publicitaria, tiene una capacidad muchísimo mayor de aplicar las modificaciones y mejoras necesarias para que siga en la dirección correcta.