Una de las cosas que más complicaciones generan, en el seguimiento estadístico de las campañas publicitarias, a los anunciantes, es la difícil abstracción de su percepción como usuario.
Algo que en ocasiones acaba siendo determinante para el transcurrir de las campañas. El problema se encuentra más en el lado emocional que en el de la lógica. Pero incluso entendiendo la mecánica genera resistencias.
Todo esto se reduce a una línea de pensamiento simple y contradictoria «Si me estoy gastando esta cantidad en la campaña, no entiendo por qué razón no la veo por ninguna parte«.
La respuesta suele ser siempre la misma. El anunciante, en su rol de usuario, no está viendo los anuncios porque está fuera del segmento al que va dirigido. De hecho, si los estuviera viendo significaría que está mal diseñada.
Pero, aún con explicaciones, sigue ocurriendo mucho. Algo que es tan poco entendible como solucionable.