La excesiva presión que le estamos cargando al 2021

Con la tontería de encontrar un culpable por la pandemia, nos ha dado por personificarlo en el año 2020. Todo bien, mejor una cifra que el pangolín. El caso es que con esta dinámica y las celebración de fin de año, estamos poniendo demasiada presión en el 2021.

Y sí, la cosa tiene una mejor perspectiva. Ya estamos empezando con las vacunas, que seguramente ocuparan todo el giro, y la idea final es de mejoría. Pero hay dos escalones de distancia entre la potencial progresiva mejora y que todo se haya acabado.

Para lo segundo, las ganas locas de que termine todo y darnos un chute de felicidad y descontrol, todavía falta un rato. Lo mismo necesitaremos de otra cifra. Así que toca tomárselo con calma.

Sobre todo porque las disfunciones generadas entre expectativas y realidad, pueden acabar siendo contraproducentes, haciéndonos medir mal los tiempos. También es importante relativizar el sentido del sufrimiento individual.

Si uno se encuentra entre las personas a las que no les ha tocado de cerca ninguna tragedia y la pandemia ha resultado como máximo molesta, que por pura estadística somos la mayoría, nos toca tener perspectiva y gestionar las ansias con algo más de calma y respeto sobre quienes sí están sufriendo dramas.

Tranquilidad y buenos alimentos.

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