Tarde o temprano tenía que llegar, quizás ha tardado más de la cuenta, pero por fin estamos aceptando la situación. Lo cual es una ventaja, dejamos atrás el pataleo estéril y comenzamos a replantearnos la situación.
Y en el envite hemos aprendido varias cuestiones. No volveremos a una realidad post pandemia, sino a una en la que como sociedad tendremos que aprender a vivir con el virus, con futuros y esperemos que cortos, episodios de aislamiento.
Es verdad que en esta fase también decae algo el ánimo, es normal y necesario para poder recalibrar. Uno de las evidencias más claras de esta etapa está en que ya hacemos planes con coronavirus, el lugar de post.
Es importante que sigamos progresando, entendiendo de que estamos en un escenario global de interconexión, en el que las personas y sociedades necesitan estar interconectadas, porque solos no vamos a ningún sitio.