La única manera de que no se nos vaya la cabeza durante el confinamiento es a través de la cultura, el ocio y el entretenimiento. Contar con tecnologías que permitan acceder a este tipo de contenidos ayuda bastante.
Tenemos la televisión y la radio de siempre, pero contamos con canales de pago, plataformas de streaming, vídeo bajo demanda, libros, redes sociales, canales de mensajería, videollamadas, etc…
Muchos creadores de contenidos están haciendo un esfuerzo de creatividad y técnica increíble para que podamos entretenernos, algo que si bien es cierto, no se trata de un elemento básico tiene un impacto enorme en el ámbito social, puro alimento para el espíritu.
Ayudándonos también a mantenernos conectados con la realidad desde una perspectiva diferente a la que nos llega a través de los telediarios y la prensa sensacionalista. Conectándonos en las facetas personales que ahora nos escasean.