Como pasa en casi todas las áreas, los marketeros tienen a entender todo el mundo desde su punto de vista. Y la frase no puede ser más cierta ‘cuando la única herramienta que tienes es un martillo, todo problema comienza a parecerse a un clavo‘.
No digo que no exista la fidelidad a las marcas. Efectivamente es un intangible poderoso, con el que se pueden realizar muchas acciones de marketing dirigidas a sus fieles o fans. En la cima de la pirámide los fieles a las marcas no necesitan prácticamente promoción ni publicidad de los nuevos productos, ellos ya se encargan.
Pero también es cierto que hay cierto grupo de usuarios que se entienden como fieles sin serlo. Básicamente utilizan servicios y adquieren productos de la misma marca por pura inercia. Y esta es una de las fuerzas más potentes de Internet.
La inercia hace que millones de usuarios no busquen alternativas a su buscador de cabecera cuando no encuentran resultados. Que una empresa como Google tenga regulaciones en Europa por prácticas monopolísticas solo se fundamenta en que esa inercia es entendida como obligación, cuando no lo es.
Y esta inercia hace que muchísimos usuarios sigan utilizando servicios empobrecidos y no se planteen utilizar la competencia, aunque sea más barata y con mejores prestaciones.