Quizás sea un efecto residual de la pandemia, pero de alguna manera se percibe que el periodo de vacaciones en general y el de agosto en particular, se ve de forma distinta. Algo que se nota mucho en el flujo de mensajes.
Sobre todo a través de correo electrónico. Esas desconexiones asumidas por la mayoría han dejado de serlo, dando paso a comprobaciones introductorias tipo ‘no sé si estás de vacaciones‘.
El paso previo a que ni se plantee. Aunque vete a saber si la cosa va a más o es una cosa puntual. Recientemente he visto cierto debate en redes, en el que se cuestiona la longitud de las vacaciones, algo que que supone una novedad.
De todas formas, el debate está en la auto explotación que está llevando a muchos a reducir sus periodos vacacionales. Una dinámica que tiene un marcado componente económico, pero que se asume como si fuera una situación a la que no le quedan opciones.