Da igual el enfoque que se le busque, muchas personas tienden a entender el ecosistema digital como un terreno gratuito. Confundiendo en digital, cuestiones tremendamente evidentes en el mundo real.
Habría que recordar que los servicios que prestan los profesionales, aunque sean digitales, se tienen que pagar. El hecho de que el trabajo se realice en un entorno digital no exime del esfuerzo, conocimientos y experiencia para llevarlo a buen puerto.
También es necesario subrayar que es importante contratar a quien sabe en cada área. Esta inercia de animarse a acometer trabajos digitales porque eso lo hace cualquiera, solo retrata al atrevido, que acaba ridiculizándose a si mismo.
Más que nada, porque ahora mismo se puede caer en la tentación de lo que pasó hace 10 años, en la anterior crisis económica, en la que se pedían servicios profesionales gratuitos a cambio de notoriedad, repercusión y humo.
Esa senda ya se recorrió y sinceramente, fue un desastre.