De forma lenta pero segura las principales redes sociales van incorporando sus propias funcionalidades para la programación de contenidos. Algo que amenaza de forma real e inmediata los servicios ofrecidos por intermediarios.
Se trata de una realidad que tiene sus ventajas e inconvenientes, tanto si se hace de forma nativa, intermediada o mixta. Parece que paulatinamente se llegará a un modelo de una sola opción, en la que la programación nativa sea la única posibilidad.
Mientras tanto, en este periodo de transición podemos seguir usando solo intermediarios o una solución mixta. Pero los avisos son claros e inequívocos. Los fallos en la entrega de contenidos en el momento de la programación, a través de intermediarios, han aumentado.
Fallos en su mayoría atribuibles a la plataforma, pero que repercute en la imagen del intermediario. Que es quien tiene que notificar el problema en la entrega. Este punto es interesante desde el punto de vista de lógica comercial.
Ya que las plataformas nativas de redes se han beneficiado de las funcionalidades de los intermediarios para los creadores de contenido, permitiendo un acceso a través de apis, que ahora pueden perjudicar a voluntad para imponer su propio sistema.
Si bien es cierto que la fiabilidad aumenta con las soluciones nativas, también lo es que aumenta la carga de trabajo de quienes programas estos contenidos, debido que no habrán soluciones universales, solo fragmentadas.