En organizaciones donde el nivel de caos es muy alto, se produce la paradoja de una seguridad, no buscada, muy alta.
Si con todas las credenciales disponibles, permisos y accesos necesarios no funciona la mitad de las ocasiones. La penetración externa o hackeos se hace casi imposible.
El caos, evidentemente, también abre muchas puertas, pero el planteamiento de que a través de una rendija se pueda entrar y hacerse con el control total de todo el sistema se hace más complicado de cumplir.