Un elemento intangible a la hora de mantener y consolidar una relación de confianza es la presencia continuada. En realidad es más importante la percepción de esa presencia que la misma en sí. La percepción siempre será más positiva o negativa que la propia realidad.
El sentido de la misma sensación, tiene que ver más con el índice de respuesta que se pueda traducir en presencia que otra cosa. Cuestiones básicas como la pronta respuesta, la asertividad en la negación o el emplazamiento a otras fechas, pueden acabar funcionando muy bien.
En entornos digitales la presencia se sustancia de una forma totalmente diferente al mundo real. Jugando con el concepto de respuesta rápida asociado, a menudo, a aplicaciones de mensajería. Pareciera que la rapidez casi da más rédito que la propia contestación.
Una buena gestión de la presencia digital puede acabar llegando a crear un vínculo más fuerte del que se consigue de forma directa. Pero la falta de una buena gestión, o dicho más claro, una gestión regular puede ser muy negativa, y acabar rompiendo vínculos, aunque la comunicación sea aceptable. Como si no hubiera puntos medios.