La sobreimpresión del remarketing en usuarios convertidos

De vez en cuando es buena idea ponerse en el lugar de los usuarios. Y al margen de las métricas y su repercusión, las campañas de remarketing fomentan un escenario en ocasiones estúpido y confuso para quien ya ha convertido.

La persistencia de los anuncios de campañas con objetivos binarios: es cliente o no, rellenó el lead no, etc… cuando ya se ha convertido, es un ejemplo del uso de la brocha gorda, en un entorno que se vanagloria justo de lo contrario.

Algo que debería resultar chocante tras la contratación de servicios digitales por parte de los usuarios. Por poner un ejemplo claro: un usuario atraído en una campaña, al que se le aplica remarketing para convertirse en cliente de Siteground, debería dejar de ver publicidad desde el momento que contrata.

Pero muchas de las campañas no aplican ningún sistema corrector y siguen ahí, con la brocha gorda, generando una sobreimpresión publicitaria que aburre al ya cliente, y genera sobrecostes y desvirtúa las estadísticas para el anunciante.

Es cierto, que el fenómeno está tan generalizado que, para muchos clientes la situación se ha convertido en natural, por esperpéntica que sea. Generando una especie de ceguera a la sobreexposición de productos y servicios que ya consume.

Pero es importante recordar, que fomentar la generación de cualquier tipo de ceguera publicitaria acaba siendo siempre una mala práctica.

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