Las conversaciones sin comunicación

Un clásico de internet son las conversaciones en las que alguno de los interlocutores no consigue comunicar nada. Básicamente porque el otro no escucha. O lo que es más frecuente, escucha lo que le da la gana. Es algo así:

¿Te gustan las manzanas?
No, las peras no me gustan, ¿porqué me preguntas eso?
Me refiero a las manzanas, no a las peras…
Nunca me han gustado las peras ¡vaya preguntita!
Espera, creo que te estás confundiendo, te pregunto por las manzanas
Ah, ahora el que se confunde soy yo, deberías saber que no me gustan las peras
Lo sé, pero hablo de manzanas… mira, déjalo
A ver si te aclaras, las peras no, pero oye, las manzanas sí que me gustan mucho

Esto que es evidentemente ridículo se da con muchísimas más frecuencia de lo que pudiera parecer en entornos digitales. Lo importante es lo que se quiere decir, sin ni siquiera leer lo que te están diciendo. Todo un clásico.

Uno siempre piensa que la cosa siempre irá a mejor. Y parece que así es. Aunque a veces se produce algún que otro revés, que te hace dudar de si en realidad estamos involucionando.

Sobre todo cuando este tipo de conversaciones saltan del mundo digital al analógico. En el que estás hablando con alguien, cara a cara, y mientras intentas de forma repetida hablar de manzanas tu interlocutor insiste en seguir con las peras.

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