Las pérdidas de tiempo provocadas por la indecisión

Soy un gran defensor de las dudas, no sólo son lógicas sino necesarias. Pero de dudar a ser un indeciso hay un trecho enorme. Alguien que no sabe cuál es la mejor opción, en un momento determinado, acaba tomando una decisión. Luego comprueba si ha sido acertada o no.

Un indeciso tiene miedo a equivocarse, por lo que acaba paralizado. No toma decisiones hasta que no le queda más remedio e inmediatamente se arrepiente de ello. Normalmente necesita un séquito para sentirse arropado, al que agradecer o culpar de los resultados.

Aunque el resultado más frecuente es la inoperancia provocada por la paralización o los cambios de rumbo continuos. Andando y desandando un camino, el indeciso se auto sabotea, mientras provoca una pérdida de tiempo enorme a todos con los que se relaciona.

Algunos de ellos se las arreglan para disfrazar estas carencias como virtudes. Pero no, no lo son. Ni son muy trabajadores por echar tantas horas en la indecisión, ni estrategas por estar tanto tiempo pensándoselo.

Básicamente son agujeros negros de tiempo.

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