Recién me he dado cuenta que llegan los días festivos de estas fechas. Un poco de casualidad, la verdad. Pero es lo que tiene el confinamiento, la cuarentena y esta sensación rara en la que nos encontramos, como si flotáramos.
Esta contradicción, la de tener vacaciones y no poder salir, cada uno la gestiona como puede. En mi caso con ironía, ya que el año pasado mi única ambición era la de enclaustrarme en casa. Y ahora ya ves.
Lo que está claro es que festivos no son. Estos días no cuentan. Además me temo que mucha gente seguirá en funcionamiento. O no, o yo que sé.