Décadas de presentar documentos con información por la que se solicita lo que sea generan una gran inercia. Algo que resulta complicado de revertir. Pero que las circunstancias actuales han conseguido normalizar.
Es cierto que para muchas personas escribir y firmar en papel una voluntad para presentar en una ventanilla ha sido la mecánica de toda su vida. Y que puede resultar ajeno hacerlo online.
Pero lo bueno que tiene la falta de opciones es que esas barreras insalvables se superan por pura necesidad. Dando un paso enorme en algo que estaba solucionado desde hace mucho tiempo.
Es verdad que no todo el mundo tiene acceso a un dispositivo conectado a Internet para poder realizar la gestión. Pero siempre se pueden encontrar soluciones que intermedien para conseguirlo.
Ahora el formulario se rellena y envía a través de una web y se recibe conformidad de su recepción sobre la marcha. Con lo que se da un paso fundamental para dejar de utilizar estos reductos de burocracia tan rancios.