Es todo un misterio como los influencers han conseguido la apariencia de notoriedad que tienen, a base de un contenido totalmente plano e indistinguible del resto de su propio contenido, así como de otros de influenciadores.
Todo esta mal. El contenido es siempre el mismo, primer plano con fondo irrelevante -que es lo único diferente- más frases simplona. La apariencia de notoriedad se percibe en las interacciones, desmesuradas incluso cuando son realizadas por humanos.
La gran atracción por la nada. Una gran cadena de potenciales de perfiles, que se supone que generan notoriedad, aunque de forma efectiva se traduce en muy poca. Sustentado en una idea de lo que podía haber llegado a ser y no fue.
Y que no ha caído, debido a que el resto de escenarios digitales también están bajando. Todo metido en una rueda absurda de interacciones insustanciales que influencian la generación de más interacciones sin efectividad.
Una rueda, que solo se sirve a sí misma, es la número uno actualmente en cuanto a repercusión sin beneficio. Toneladas de contenidos digitales cuyo valor es cero y solo prometen más de la nada.
