Hay personas, a menudo indetectables, que tienen una importancia enorme en la consecución de objetivos de los grupos, en su labor de cohesión, creación y mantenimiento de puentes.
No son visibles como líderes en su rol de tirar del carro, ni por el otro lado buscan excusas para obstaculizar con miedos y problemas más o menos relevantes. Suelen tener una gran capacidad analítica y saben lo que tienen que hacer en cada momento.
La participación o ausencia de estas personas determina, en muchos casos, el éxito o fracaso de los objetivos planteados. Su propia idiosincrasia los hace invisibles para muchos, o acaban siendo infravaloradas a posteriori, borrándolas de los momentos de crisis, que es donde son más efectivas.
Seguro que has visto a este tipo de personas alguna vez. Básicamente hacen magia de una forma que parece muy sencilla, pero que casi nadie es capaz de replicar. Ser consciente de esto y ver a estas personas en acción es un espectáculo en sí mismo.
Conviene no olvidarse que estaban ahí y que sin su participación todo se habría ido a pique. Un poco para bajar los egos de quienes las olvidan y lo atribuyen todo a su versión reduccionista de la realidad.