Las vacaciones son un estado mental, la proximidad a las mismas se manifiesta con signos de agotamiento, eso es así. Este año, con todo lo que ha pasado la sensación es extraña. De alguna manera se ha modificado el esquema de cosas que se ansían.
Parece que mantener las precauciones no nos permite entrar de lleno en el descanso. Algo que en cierta manera es así. Aunque solo hay que variar ciertas rutinas. Pero lo que está claro es que será diferente.
De alguna manera todos nos tememos que a la vuelta nos encontraremos con una repetición, una segunda ola, otro confinamiento y la necesidad de vacaciones se acentúa todavía más.