Turbulencias en OpenAI: crónica de un desenlace inesperado

Turbulencias en OpenAI: crónica de un desenlace inesperado

El reciente despido de Sam Altman de OpenAI no fue un evento aislado, sino el clímax de una serie de sucesos cargados de tensión y ambición. Los días previos al desenlace revelan una compleja trama de descubrimientos, desacuerdos y estrategias que culminaron en una decisión drástica por parte de la junta directiva.

El 2 de noviembre, durante una demostración del último gran avance de OpenAI, Altman estaba presente, pensando ya en los próximos pasos: recaudación de fondos, planificación de recursos, similar a lo hecho anteriormente con GPT-4. Sin embargo, el 4 de noviembre, Ilya Sutskever, cofundador de OpenAI, expresó su inquietud. La autonomía alcanzada por la nueva tecnología era preocupante, y el equipo de alineación se centraba más en agregar capacidades que en inculcar una verdadera emoción o amor por la humanidad en la IA.

El éxito del OpenAI Dev Day el 6 de noviembre, con el lanzamiento de nuevos productos, no mitigó las tensiones subyacentes. Mientras Altman y Greg Brockman se lanzaban a una frenética recaudación de fondos, buscando una valoración de 90 mil millones de dólares, Sutskever se sentía cada vez más marginado y preocupado por la dirección que estaba tomando la organización.

La serie de eventos que siguieron, desde encuentros con inversores hasta la confirmación de trabajo en GPT-5, exacerbó las preocupaciones de Sutskever. El aumento en el uso de ChatGPT y la consecuente falta de capacidad para la investigación llevaron a una crisis. El 17 de noviembre, en una tensa reunión de la junta, Sutskever presentó a dos ingenieros jóvenes para exponer los progresos y peligros. Lo que comenzó como una presentación se transformó en un enfrentamiento sobre la expansión y la recaudación de fondos, actividades que Altman había llevado a cabo sin el acuerdo explícito de la junta.

La situación llegó a un punto crítico cuando Sutskever expresó su desacuerdo con la dirección que estaba tomando la compañía. Greg Brockman, que no estaba presente en la reunión, fue degradado, y la junta decidió que Altman votara en su nombre. Se tomó una votación, y finalmente Altman fue destituido.

Turbulencias en OpenAI: crónica de un desenlace inesperado
Sam Altman a la izquierda y Ilya Sutskever a la derecha

Este relato e interpretación está tomado de un hilo de Twitter de @Ate-a-Pi. No significa que haya sido así, pero da un contexto con hechos conocidos que tiene coherencia y arroja más luz sobre lo que pudo haber pasado y sobre todo acerca del estado actual de la compañía, los problemas que tienen ahora mismo, los miedos a los que se enfrentan y el rumbo que puede tomar la compañía ahora.

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