Con la fragmentación de la audiencia digital de las redes sociales y la utilización de las plataformas de mensajería como nueva frontera social, se hace necesario contar con presencia en las mismas para la tarea de la difusión.
El uso de la mensajería en España está dominado por WhatsApp, una aplicación indiscutible en cualquier smartphone. Y si bien no se trata de una red social, los usuarios si le están dando cierto uso social en grupos restringidos.
Por lo que se ha creado un terreno en el que las interacciones, mayoritariamente se realizan entre usuarios. Con la irrupción de la solución para empresas se puede entrar en este entorno para distintos objetivos: atención al cliente, información, difusión o marketing.
En lo que tiene que ver con la difusión, si se implementa bien, se puede convertir en una herramienta efectiva para impactar con las novedades y noticias que se quiera promover.
Tal cual está diseñado el sistema, solo los usuarios pueden iniciar la comunicación, suscribiéndose a las novedades que la empresa le envíe, que deberá ofrecer siempre una opción para darse de baja. Dicho de otra forma, el usuario tiene el control en cuanto a las comunicaciones.
Del lado de la empresa puede vincular el servicio a un teléfono móvil o fijo, obteniendo ciertas mejoras respecto a la versión convencional, como la creación de etiquetas personalizadas, estadísticas y repuestas predefinidas; así como mensajes de bienvenida o de ausencia.
Llegados a este punto hay dos cuestiones importantes a tener en cuenta:
Estamos hablando de un uso social en una plataforma que no lo es, y esto tiene sus ventajas. Si utilizamos la opción de difusión, podemos enviar noticias relevantes a los usuarios suscritos, en forma de mensaje uno a uno. Aquí, a diferencia de las redes sociales, no hay un algoritmo que filtre lo que puede ser o no relevante para los usuarios. Se trata de una comunicación directa, que además lleva aparejada su respectiva notificación push en el móvil.
Precisamente por lo anterior, se debe hacer un uso moderado de este canal de difusión. Que realmente sea útil al usuario y que no genere sensación de molestia. Para esto, las rutinas pueden ser una buena idea. En forma de envío de mensajes cada X días, siempre a una misma hora, que sea razonable.
Si se hace bien, se puede convertir un canal muy y efectivo con el que poder transmitir los mensajes más relevantes, siendo poco intrusivo y además útil. Aunque eso si, las posibilidades de hacerlo mal son muy altas. Por lo que si se va a dar el paso, es importante prepararse y medirlo bien.